Por un nuevo amanecer.

Durante toda mi vida he estado pensando en qué me gustaría dedicarme en un futuro: psicología, derecho, eran alguna de mis opciones. Jamás llegué a pensar que terminaría haciendo un doble grado de periodismo y comunicación. Cuando supe, por fin, que la Universidad Carlos III de Madrid me daba la bienvenida como alumna, vi que ya no había vuelta atrás.  De repente, me di cuenta de donde estaba, ya había dejado una vida incompleta para pronto, comenzar una nueva.
Miedo me daba al pensar en mi familia, mis amigos, conocidos que ya no vería por calle como acostumbraba, que mi única toma de contacto con mis seres queridos iba a tener una distancia de más de dos mil kilómetros. No podía imaginarme que cambiaría tan drásticamente mi bolso de mano por una maleta repleta de ropa y accesorios, pero sobre todo, inundada por todos aquellos recuerdos y sentimientos de una vida repleta de sueños y esperanzas.
Desde que me dieron la opción de elegir dónde y qué estudiar, tuve muy clara mi elección. Estaba decidida a dejar mi isla para embarcarme un sueño que duraría al menos cinco años. No obstante, hoy en día me planteo si esa decisión me está saliendo cara; si esta decisión la he tomado bien.
De lo que estoy totalmente segura, es que este amanecer en un nuevo mundo ha reforzado el amor que siento por mi familia y me demuestra el valor que tengo que tener para que cada día de esta nueva experiencia sea único e inolvidable.

Hoy, a las 20:38 de la tarde, escribo mi primera entrada en este blog. Si soy sincera, no se como funciona esto pero creo que puedo aprender rápido. La verdad que no quiero escribir demasiado en mi entrada, solo deseo que esto sea la primera toma de contacto suficiente para coger carrerilla en este nuevo mundo.